Loot Boxes: ¿Dónde está la línea roja?
Llevamos ya unos años escuchando que las Loot Boxes ofrecidas en ciertos videojuegos, o cajas botín en castellano, son un elemento de juego más como una tradicional máquina tragaperras, pero, ¿Es realmente un concepto nuevo en nuestra sociedad?
En primer lugar, vamos a explicar en que consiste una caja botín y cuáles son las similitudes con el juego en sí.
Imagina que estás jugando a un videojuego con tu personaje favorito. Tu personaje lleva su ropa habitual que viene de serie. No te preocupa hasta que ves a otro usuario con el mismo personaje que lleva una indumentaria mucho más vistosa que la que tiene tu personaje. Esa indumentaria tan chula no le ofrece ninguna ventaja competitiva, es simple y llanamente un elemento ornamental. Sin embargo, te ha gustado y ahora querrías que tu personaje vistiera igual que el de ese usuario que acabas de conocer. Le preguntas donde lo ha conseguido y si es algo que se puede obtener en el propio juego cumpliendo alguna misión o si lo puedes comprar con tu dinero.
Te responde que ninguna de las 2 opciones son correctas, que dicha indumentaria le ha tocado en una caja botín. Buscas en las opciones del juego esas cajas botín para hacerte con una y te encuentras una oferta de 2 cajas por 1,99€. Puedes aprovechar esa oferta y hacerte con 2 cajas que contengan esa indumentaria tan chula que acabas de ver, al fin y al cabo 2€ no es un gasto excesivo.
Compras esas 2 cajas y las abres. Para tu desgracia, descubres que las indumentarias que te han dado no son las que querías, estas son mucho más comunes y no aquella que has visto antes. Te preguntas en qué te habrás equivocado, para la siguiente vez te fijarás en la letra pequeña que indica lo que contiene dicha caja.
Vuelves a la tienda anterior y ahora te fijas bien, pero para tu sorpresa te das cuenta de que no muestra lo que contiene, con lo que no tienes manera de saber si lo que estás buscando está en la caja que vas a comprar. En lugar de eso te explican que tienes un 64% de probabilidades de obtener una recompensa común, un 20% un objeto raro, un 10% un objeto extraño, un 5% un objeto rarísimo y un 1% de conseguir un premio legendario.
Casualidad, el traje tan bonito que has visto antes corresponde a la denominación de “Legendario”, y además, ese objeto legendario no tiene por qué ser el que has visto antes…
A partir de aquí tienes 2 opciones: desistir de conseguir ese objeto del que te has encaprichado o gastarte la paga comprando esas cajas hasta conseguir tu objetivo.
La polémica
Y ahora viene la polémica de dichos productos, en este caso cabría hacerse las siguientes preguntas:
- ¿A qué público está dirigido estas cajas botín?
- ¿Se trata de un juego de azar?
- ¿Puede desarrollar una conducta adictiva?
Sin duda, una gran parte del público consumidor son menores de edad, un público que sin duda requiere de un cuidado especial a la hora de vender o promocionar productos.
Sobre el tema de juego, en este caso se trata de un juego de azar puesto que no es posible conocer el resultado de la compra de antemano.
Sobre la adicción, algunos estudios revelan una clara relación entre la relación la adicción a estas cajas botín y a otros juegos de azar.
Tamaño del mercado
Según un estudio publicado por Statista, el negocio de las cajas botín supuso unos ingresos de 15.000.000.000$ para las empresas de videojuegos en 2020. Sin duda, un mercado al que merece la pena prestar atención. El propio estudio proyecta un aumento de dicho volumen hasta llegar a los 20,3Bn$ para el año 2025.
¿Concepto novedoso? Las colecciones de cromos
Y aquí voy a compartir experiencias vividas en primera persona sobre situaciones o productos que guardan cierta similitud con las cajas botín.
¿Quién no ha hecho de pequeño una colección de cromos? Recuerdo como iba al colegio con mi taco de cromos repetidos y una lista con los números pendientes para acabar la colección. Cuando cobraba la paga iba a la tienda a comprar más sobres. Era desesperante ver como siempre nos tocaban los mismos jugadores de fútbol o personajes de Dragon Ball y apenas conseguíamos cromos nuevos para nuestra colección en los sobres que acabábamos de abrir.
Todos los niños conocíamos el valor de mercado de cada jugador, ¿te falta Romario? Ese por lo menos vale 15 jugadores normales, es muy poco común. Realizar la colección completa se convertía en un auténtico MBA de negociación.
Además, recuerdo como cada año unos hombres regalaban álbumes de cromos y de la nueva temporada junto con un sobre en la puerta del colegio antes de coger el autobús de vuelta. Al llegar a casa nuestros padres se encontraban con que sus hijos ya habían comenzado la colección sin su previo consentimiento.
Las similitudes con las cajas botín son más que evidentes.
Las máquinas arcade
Las hermanas pequeñas de las máquinas tragaperras. En mi ciudad algunos salones de juego contaban con 2 salas, la de adultos con las máquinas tragaperras y la infantil donde los niños podían entretenerse jugando a videojuegos mientras los padres echaban las monedas en la sala de al lado.
En el caso de las máquinas arcade, los niños no recibían ningún premio en metálico como en el caso de los adultos, pero, ¿acaso no enganchaban a todos los niños que querían dejar sus iniciales en la tabla de récords?
O más aún, cuando nos quitaban todas las vidas en mitad de la partida y nos daban 10 segundos en la cuenta atrás para poder echar otra moneda y seguir desde donde lo habíamos dejado.
Recuerdo como los niños dejaban sus monedas sobre la máquina en orden para guardar el sitio y no perder el turno. Me acuerdo de unos cuantos que se dejaban toda la paga en estas máquinas.
Salones infantiles con premios
Esta semana Santa he tenido la oportunidad de viajar con mi familia a un destino turístico. La lluvia nos empujó a cobijarnos en una zona de máquinas infantiles. Al entrar me llamó la atención los terminales instalados, la mayoría no eran las máquinas de videojuegos que estaba acostumbrado a ver en mi infancia.
La mayoría eran máquinas de azar, donde la habilidad del jugador no altera el resultado, con un diseño infantil: bingos, ruletas, …
No entendía que interés podría tener un niño en jugar a esos juegos sabiendo que no puede haber ningún premio en metálico en una sala donde acceden menores de edad. Mi sorpresa vino al ver una vitrina llena de premios donde los niños podían canjear esos puntos que conseguían en dichas máquinas. Hablamos de premios como la Nintendo Switch, pistolas Nerf, balones, colchonetas, … premios destinados a los menores de edad.
Sin embargo, la única manera que tenían de conseguirlo era jugando dinero a la ruleta y conseguir puntos para canjearlos, ¿no es acaso una manera legal de ofrecer juegos de casino a menores de edad?
Las cajas botín, o loot boxes, pueden ser catalogadas como juego de azar, y pueden llegar a ser reguladas en distintos países con el fin de evitar que se comercializa a menores o incluso puedan estar sujetas a las mismas obligaciones que cualquier otro producto de juego de azar, tales como regulatorias, fiscales, comerciales, …
Sin embargo, el concepto, lo que hay detrás, lleva en nuestra sociedad varias generaciones, solo que en este caso, en formato digital.
Alex Zubizarreta
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